Todos alguna vez en nuestras vidas hemos padecido de algún calambre.
Sabemos lo doloroso que es cuando el musculo se contrae de imprevisto, repentinamente y en ocasiones el dolor es insoportable. La mayoría de los calambres suceden en las piernas, especialmente en el área de las pantorrillas, aunque también los abductores son muy propensos a sufrir calambres.
Este es un verdadero problema, en especial cuando suceden por la noche. Estamos tranquilamente dormidos y de repente, un musculo se contrae provocándonos un fuerte dolor y un gran susto.
Causas de los calambres
Los calambres son impredecibles. A pesar de que sabemos que las personas de edad avanzada son más propensas a sufrir calambres, las causas no están realmente claras.
Estos espasmos musculares pueden presentarse sin motivo alguno, aunque tengas muy buena salud, tan solo imagina que estando dormido tranquilamente estos pueden aparecer sin hacer nada.
Sin embargo, hay cosas que sabemos que aumentan el riesgo de padecer calambres.
Por ejemplo la deshidratación, también es muy común que sucedan con movimientos bruscos del musculo. Además, algunos medicamentos como los diuréticos también pueden debilitar nuestros músculos y ser causantes de múltiples calambres durante su consumo.
La diabetes también puede ser un causante de calambres, pues esta enfermedad crónica daña la sangre y con el tiempo las fibras musculares.
Como prevenir los calambres
Los calambres pueden durar entre segundos y unos 15 minutos y el dolor también puede variar. La mejor forma de combatir los calambres es evitándolos y para eso te daremos una lista de medidas que puedes tomar para prevenirlos.
- Mantente Hidratado
La hidratación es importante para el mantenimiento y buen funcionamiento de nuestros músculos y de nuestra salud.
Si no estamos bien hidratados nuestros músculos se tornaran rígidos y serán más propensos a sufrir calambres. Cada vez que tengas sed toma un vaso de agua y cuando entrenes trata de tomar la cantidad equivalente al sudor que expulsas.
En este caso lo recomendable es tomar ocho vasos de agua durante el entrenamiento, que es el equivalente a 1,5 litros de agua. Debes tener cuidado de no consumir más de dos litros de agua diario, de lo contrario puedes sufrir una intoxicación por agua y padecer algún edema en las piernas, que causan un dolor peor que los calambres.
- estírate bien antes de entrenar
Muchas personas tienen la mala costumbre de comenzar el entrenamiento solo calentando un poco. Esto es un grave error, no solo por los calambres, sino también porque aumentas el riesgo de parecer desgarros musculares que son mucho peores.
Debes dedicar al menos 15 minutos al estiramiento de los músculos que vayas a ejercitar. De esta manera reduces el riesgo de padecer calambres y desgarros.
- haz cardio
Los ejercicios cardiovasculares mejoraran tu circulación y el flujo de sangre. Esto hará que los músculos se recuperen mejor y el riesgo de calambres se vea reducido.
- Aumenta tus niveles de potasio y magnesio
El potasio y el magnesio son unos excelentes relajantes musculares. Por ende, son excelentes para prevenir los calambres. Acostumbra a consumir batidos de plátanos o a comer mucho aguacate para aumentar los niveles de estos minerales en tu organismo.