La digestión es un proceso esencial para nuestro bienestar. Cuando hay problemas intestinales o una digestión débil, pueden presentarse síntomas molestos como hinchazón, gases, estreñimiento o diarrea. Por ello, cuidar la salud digestiva debe ser una prioridad.
Incorporar alimentos benéficos para el intestino en la dieta diaria puede marcar una gran diferencia. Uno de ellos es el kiwi, una fruta que destaca por sus múltiples beneficios para mejorar la digestión.
El kiwi posee una combinación única de nutrientes y compuestos bioactivos que favorecen el tránsito intestinal, la absorción de nutrientes, el equilibrio de bacterias intestinales y más. De hecho, hay un post en francés que habla sobre los beneficios del kiwi amarillo en concreto, que lo encontrarás en la web de Zespri bajo el nombre de «bienfaits du kiwi jaune«. Comer kiwis regularmente puede hacer una gran diferencia para mantener una digestión saludable.
El kiwi: Una fuente rica en fibra que favorece la salud intestinal
A continuación, te contamos más sobre cómo el kiwi promueve la salud intestinal y digestión gracias a su contenido de fibra, vitaminas antioxidantes y enzimas activas. Descubre los fascinantes efectos de esta fruta para el bienestar digestivo.
La fibra es esencial para la salud digestiva, ya que ayuda a regular el tránsito intestinal. El kiwi es una fruta con alto contenido en fibra, proporcionando alrededor de 3 gramos de fibra por cada pieza.
Esta fibra no es digerible, por lo que ayuda a agregar volumen a las heces y hacerlas más suaves para que se muevan a través del intestino con mayor facilidad. Al mismo tiempo, la fibra promueve la saciedad y evita el estreñimiento.
Contiene tanto fibra soluble como insoluble. La fibra soluble forma un gel que suaviza el contenido intestinal y retarda el vaciado gástrico, promoviendo una digestión más lenta y estable.
La fibra insoluble no se disuelve en agua y agrega bulbo a las heces para facilitar el tránsito.
Ambos tipos de fibra trabajan en conjunto para optimizar la digestión y mantener los movimientos intestinales regulares. Incluso comer solo un kiwi al día puede mejorar significativamente los síntomas de estreñimiento, según algunos estudios.
Por ello, el kiwi es una fruta ideal para personas que sufren de tránsito lento o dificultad para evacuar. La fibra de esta fruta actúa como una escoba intestinal natural, limpiando el tracto digestivo suavemente pero de forma efectiva.
Contiene vitamina C antioxidante
Otro nutriente destacado en el kiwi es la vitamina C. Una pieza mediana de kiwi proporciona alrededor del 110% de la cantidad diaria recomendada de esta vitamina.
La vitamina C es un potente antioxidante que protege las células del daño oxidativo. Los radicales libres pueden dañar las células intestinales y causar inflamación, por lo que la vitamina C del kiwi ayuda a proteger la salud del tracto digestivo.
Además, la vitamina C aumenta la absorción del hierro proveniente de los alimentos que comemos. Una deficiencia de vitamina C se asocia con un tránsito intestinal lento y estreñimiento.
Comer kiwis frecuentemente apoya los niveles adecuados de vitamina C en el organismo, lo cual se traduce en menos inflamación intestinal, mejor absorción de nutrientes y un tránsito más saludable.
Incluso se ha visto que la vitamina C del kiwi se conserva bastante bien después de ser digerida y liberada en el intestino. Esto significa que el kiwi es capaz de llevar su vitamina C antioxidante directamente al tracto digestivo, donde puede ejercer sus benéficos efectos protectores.
Posee enzimas como la actinidina
La actinidina es la enzima activa que se encuentra en el kiwi. Esta enzima ayuda a descomponer las proteínas en los alimentos, facilitando la digestión.
La actinidina hace que el kiwi sea particularmente beneficioso para mejorar la digestión de alimentos ricos en proteínas, como carnes, huevos y productos lácteos. Un estudio mostró que comer kiwi con la carne mejora la descomposición de las proteínas en un 18% adicional.
La actinidina es una proteinasa, lo que significa que puede romper los enlaces peptídicos de las largas cadenas de proteínas. Esta acción las descompone en pequeños péptidos y aminoácidos que luego son más fáciles de digerir y absorber en el intestino.
Los investigadores han descubierto que la actinidina permanece activa incluso después de que el kiwi es digerido y llega al intestino. De esta manera, la enzima ayuda directamente a mejorar la digestión intestinal de las proteínas provenientes de otros alimentos que comemos.
Por ello, comer kiwi con comidas ricas en proteínas puede aliviar la pesadez y hinchazón, ya que la actinidina las descompone más eficientemente. Esta enzima es una razón clave por la que el kiwi favorece tanto la digestión y bienestar intestinal.
Favorece el crecimiento de bacterias buenas
El kiwi puede actuar como prebiótico, estimulando el crecimiento y la actividad de las bacterias buenas en el intestino.
Esto se debe a que algunas fibras del kiwi no son digeribles, por lo que llegan intactas al colon y sirven de alimento para las bacterias beneficiosas, como los lactobacilos y bifidobacterias.
La presencia de estas bacterias saludables en el intestino es muy importante. Ellas ayudan a mantener el equilibrio de la flora intestinal, metabollizan nutrientes, refuerzan la inmunidad intestinal y protegen contra patógenos dañinos.
Un desequilibrio en las bacterias intestinales se ha relacionado con inflamación crónica, síndrome de intestino irritable, obesidad y otros trastornos digestivos. El kiwi puede ayudar a evitar estos problemas al promover el crecimiento de bacterias buenas.
Investigaciones recientes mostraron que comer dos kiwis al día durante cuatro semanas produjo un aumento significativo de bacterias beneficiosas en adultos sanos. Por ello se considera al kiwi un prebiótico natural.
Incluir kiwi frecuentemente en la dieta es una manera sabrosa de favorecer la salud bacteriana intestinal. La fibra de esta fruta alimenta a las bacterias buenas y les proporciona sustrato para proliferar y ejercer sus efectos protectores en el intestino.